También llamada arcilla blanca, el caolín o caolinita fue descubierta en la China, en la colina de Kaoling, de allí su nombre. Se encuentra en gran parte del mundo, incluso en la Patagonia argentina.

.

Las virtudes de la arcilla, como muchos otros regalos terapéuticos de la Tierra, son conocidas desde la antigüedad. En Egipto, se usaba para curar y desinfectar heridas y en Grecia para las fracturas, mientras que en la Roma antigua eran bien conocidas las termas y sus baños de barro.

.

Diversos pueblos han utilizado la arcilla durante siglos por sus propiedades terapéuticas, tratando con ella desde problemas digestivos, hasta quemaduras y otros problemas de la piel.

.

Con la llegada de la medicina moderna y los fármacos sintéticos la arcilla pasó al olvido. Hoy volvemos a visibilizarla y disponer de ella haciéndole el lugar que le corresponde en el botiquín natural personal y familiar. ¿Por qué?

.

·        es antiséptica, neutraliza las bacterias e impide su proliferación.

·        absorbe toxinas

·        es cicatrizante y activa la regeneración celular, por eso es una gran aliada de la piel, en heridas y cosmética

·        Es hidratante y suavizante.

·        Alivia los problemas intestinales y gástricos.

·        Es calmante y antiinflamatoria, por eso es perfecta para heridas o inflamaciones de la piel, dolores articulares y traumatismos.

Puede ser usada en mascarillas faciales, mascarillas vaginales y ungüentos. También en la elaboración de pastas dentales y cremas desodorantes caseras.